Estreñimiento

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El estreñimiento es la evacuación de pequeñas cantidades de heces duras y secas, normalmente menos de tres veces por semana. A las personas estreñidas les puede resultar difícil y doloroso defecar. Otros síntomas del estreñimiento son la sensación de hinchazón, incomodidad y pereza.

Muchas personas creen que están estreñidas cuando, en realidad, sus deposiciones son regulares. Por ejemplo, algunas personas creen que están estreñidas, o que son irregulares, si no defecan todos los días. Sin embargo, no existe un número correcto de deposiciones diarias o semanales. Lo normal puede ser tres veces al día o tres veces a la semana, dependiendo de la persona. Además, algunas personas tienen naturalmente heces más firmes que otras.

En un momento u otro, casi todo el mundo está estreñido. La mala alimentación y la falta de ejercicio suelen ser las causas. En la mayoría de los casos, el estreñimiento es temporal y no es grave. La comprensión de sus causas, la prevención y el tratamiento ayudarán a la mayoría de las personas a encontrar alivio.

¿Quién sufre estreñimiento?

Según la Encuesta Nacional de Salud de 1996, unos 3 millones de personas en Estados Unidos sufren estreñimiento frecuente. Los que declaran tener estreñimiento con más frecuencia son las mujeres y los adultos de 65 años o más. Las mujeres embarazadas pueden padecer estreñimiento, y es un problema común después del parto o de una intervención quirúrgica.

El estreñimiento es una de las dolencias gastrointestinales más comunes en Estados Unidos, y da lugar a unos 2 millones de visitas al médico al año. Sin embargo, la mayoría de las personas se tratan a sí mismas sin buscar ayuda médica, como se desprende de los millones de dólares que los estadounidenses gastan en laxantes cada año.

¿Qué causa el estreñimiento?

Para entender el estreñimiento, ayuda saber cómo funciona el colon (intestino grueso). A medida que los alimentos se desplazan por el colon, absorben agua y forman productos de desecho, o heces. Las contracciones musculares del colon empujan las heces hacia el recto. Cuando las heces llegan al recto, son sólidas porque la mayor parte del agua ha sido absorbida.

Las heces duras y secas del estreñimiento se producen cuando el colon absorbe demasiada agua o si las contracciones musculares del colon son lentas o perezosas, lo que hace que las heces se muevan por el colon con demasiada lentitud. Las causas más comunes del estreñimiento son:

  • no tener suficiente fibra en la dieta
  • no tomar suficientes líquidos
  • falta de ejercicio
  • medicamentos
  • síndrome del intestino irritable
  • cambios en la vida o en la rutina como el embarazo, la edad avanzada, y los viajes
  • abuso de laxantes
  • ignorando la necesidad de defecar
  • golpe (con mucho, el más común)
  • problemas con el colon y el recto
  • problemas con la función intestinal (estreñimiento crónico idiopático)

No hay suficiente fibra en la dieta
La causa más común del estreñimiento es una dieta baja en la fibra que se encuentra en las verduras frutas y cereales integrales, y alta en las grasas que se encuentran en el queso, los huevos y las carnes. Las personas que consumen muchos alimentos ricos en fibra tienen menos probabilidades de sufrir estreñimiento.

La fibra -tanto soluble como insoluble- es la parte de las frutas, las verduras y los cereales que el cuerpo no puede digerir. La fibra soluble se disuelve fácilmente en agua y adquiere una textura suave y gelatinosa en los intestinos. La fibra insoluble pasa por los intestinos casi sin cambios. El volumen y la textura blanda de la fibra ayudan a evitar las heces duras y secas que son difíciles de expulsar.

Según el Centro Nacional de Estadísticas de Salud, los estadounidenses consumen una media de 5 a 14 gramos de fibra al día*, por debajo de los 20 a 35 gramos recomendados por la Asociación Dietética Americana. Tanto los niños como los adultos comen demasiados alimentos refinados y procesados a los que se les ha quitado la fibra natural.

Una dieta baja en fibra también desempeña un papel clave en el estreñimiento entre los adultos mayores, que pueden perder el interés por comer y elegir alimentos precocinados bajos en fibra. Además, las dificultades para masticar o tragar pueden obligar a las personas mayores a comer alimentos blandos, procesados y bajos en fibra.

*Centro Nacional de Estadísticas de Salud. Dietary Intake of Macronutrients, Micronutrients, and Other Dietary Constituents: Estados Unidos, 1988-94. Estadísticas vitales y de salud, Serie 11, número 245. Julio de 2002.

Sin suficientes líquidos
Los líquidos, como el agua y los zumos, añaden líquido al colon y volumen a las heces, lo que hace que los movimientos intestinales sean más suaves y fáciles de evacuar. Las personas que tienen problemas de estreñimiento deben beber suficiente cantidad de estos líquidos cada día, unos ocho vasos de 8 onzas. Sin embargo, el alcohol y los líquidos que contienen cafeína, como el café y las bebidas de cola, tienen un efecto deshidratante.

Falta de ejercicio

La falta de ejercicio puede provocar estreñimiento, aunque los médicos no saben exactamente por qué. Por ejemplo, el estreñimiento suele producirse después de un accidente o durante una enfermedad, cuando uno debe permanecer en cama y no puede hacer ejercicio.

Medicamentos
Algunos medicamentos pueden provocar estreñimiento. Entre ellos se encuentran:

  • medicamentos para el dolor (especialmente narcóticos)
  • antiácidos que contienen aluminio y calcio
  • medicamentos para la presión arterial (bloqueadores de los canales de calcio)
  • antiparkinson
  • antiespasmódicos
  • antidepresivos
  • suplementos de hierro
  • diuréticos
  • anticonvulsivos

Síndrome del Intestino Irritable (SII)
Algunas personas con SII, también conocido como colon espástico, tienen espasmos en el colon que afectan a los movimientos intestinales. El estreñimiento y la diarrea a menudo se alternan, y los calambres abdominales, la gaseosidad y la hinchazón son otras quejas comunes. Aunque el síndrome del intestino irritable puede producir síntomas de por vida, no es una enfermedad que ponga en peligro la vida. Suele empeorar con el estrés, pero no hay una causa específica ni nada inusual que el médico pueda ver en el colon.

Cambios de vida o de rutina
Durante el embarazo, las mujeres pueden sufrir estreñimiento debido a los cambios hormonales o a que el útero pesado comprime el intestino. El envejecimiento también puede afectar a la regularidad intestinal porque un metabolismo más lento provoca una menor actividad intestinal y tono muscular. Además, las personas suelen estreñirse cuando viajan porque su dieta normal y sus rutinas diarias se ven alteradas.

Abuso de laxantes
Los mitos sobre el estreñimiento han llevado a un grave abuso de los laxantes. Esto es común entre las personas que se preocupan por defecar diariamente.

Los laxantes no suelen ser necesarios y pueden crear un hábito. El colon empieza a depender de los laxantes para provocar las deposiciones. Con el tiempo, los laxantes pueden dañar las células nerviosas del colon e interferir con la capacidad natural del colon para contraerse. Por la misma razón, el uso regular de enemas también puede conducir a una pérdida de la función intestinal normal.

Ignorar las ganas de defecar
Las personas que ignoran las ganas de defecar pueden dejar de sentirlas con el tiempo, lo que puede provocar estreñimiento. Algunas personas retrasan la defecación porque no quieren ir al baño fuera de casa. Otras ignoran las ganas por estrés emocional o porque están demasiado ocupadas. Los niños pueden posponer la defecación debido a un entrenamiento estresante para ir al baño o porque no quieren interrumpir sus juegos.

Enfermedades específicas
Las enfermedades que causan estreñimiento incluyen trastornos neurológicos, trastornos metabólicos y endocrinos, y condiciones sistémicas que afectan a los sistemas de órganos. Estos trastornos pueden retrasar el movimiento de las heces a través del colon, el recto o el ano.

Varios tipos de enfermedades pueden causar estreñimiento:

Trastornos neurológicos

  • Esclerosis múltiple
  • Enfermedad de Parkinson
  • Pseudoobstrucción intestinal idiopática crónica
  • .obstrucción

  • infarto cerebral
  • lesiones de la médula espinal

Estados metabólicos y endocrinos

  • diabetes
  • glándula tiroidea hipo o hiperactiva
  • uremia
  • .

  • hipercalcemia

Trastornos sistémicos

  • amiloidosis
  • lupus
  • esclerodermia

Problemas de colon y recto
Obstrucción intestinal, el tejido cicatricial (adherencias), la diverticulosis, los tumores, la estenosis colorrectal, la enfermedad de Hirschsprung o el cáncer pueden comprimir, apretar o estrechar el intestino y el recto y provocar estreñimiento.

Problemas de la función intestinal (estreñimiento crónico idiopático)
Algunas personas padecen estreñimiento crónico que no responde al tratamiento estándar. Esta rara afección, conocida como estreñimiento crónico idiopático (de origen desconocido), puede estar relacionada con problemas de la función intestinal, como problemas de control hormonal o de los nervios y músculos del colon, el recto o el ano. El estreñimiento funcional se da tanto en niños como en adultos y es más frecuente en las mujeres.

La inercia colónica y el tránsito retardado son dos tipos de estreñimiento funcional causados por la disminución de la actividad muscular en el colon. Estos síndromes pueden afectar a todo el colon o limitarse a la parte inferior o al colon sigmoide.

El estreñimiento funcional que se deriva de anomalías en la estructura del ano y el recto se conoce como disfunción anorrectal o anismo. Estas anomalías provocan una incapacidad para relajar los músculos rectales y anales que permiten la salida de las heces.

¿Qué pruebas diagnósticas se utilizan?
La mayoría de las personas con estreñimiento no necesitan pruebas exhaustivas y pueden tratarse con cambios en la dieta y el ejercicio. Por ejemplo, en personas jóvenes con síntomas leves, una historia clínica y un examen físico pueden ser todo lo que el médico necesita para sugerir un tratamiento eficaz. Las pruebas que realiza el médico dependen de la duración y la gravedad del estreñimiento, de la edad de la persona y de si se ha producido sangre en las heces, cambios recientes en las deposiciones o pérdida de peso.

Historia médica
El médico puede pedir al paciente que describa su estreñimiento, incluyendo la duración de los síntomas, la frecuencia de las deposiciones, la consistencia de las heces, la presencia de sangre en las heces y los hábitos de aseo (la frecuencia y el lugar en el que se defeca). Un registro de los hábitos alimentarios, la medicación y el nivel de actividad física o ejercicio también ayudará al médico a determinar la causa del estreñimiento.

La definición clínica de estreñimiento es cualquiera de los dos síntomas siguientes durante al menos 12 semanas (no necesariamente consecutivas) en los 12 meses anteriores:

  • esfuerzo durante la defecación
  • heces grumosas o duras
  • sensación de evacuación incompleta
  • sensación de bloqueo/obstrucción anorrectal bloqueo/obstrucción
  • menos de tres evacuaciones por semana

Examen físico
Un examen físico puede incluir un examen rectal con un dedo enguantado dedo enguantado y lubricado para evaluar el tono del músculo que cierra el ano (esfínter anal) y detectar sensibilidad, obstrucción o sangre. En algunos casos, pueden ser necesarios análisis de sangre y de tiroides para buscar enfermedades tiroideas y calcio sérico o para descartar trastornos inflamatorios, neoplásicos, metabólicos y otros trastornos sistémicos.

Las pruebas exhaustivas suelen reservarse para las personas con síntomas graves, para aquellas con cambios repentinos en el número y la consistencia de las deposiciones o con sangre en las heces, y para los adultos mayores. Las pruebas adicionales que pueden utilizarse para evaluar el estreñimiento incluyen:

  • estudio del tránsito colorrectal
  • pruebas de la función anorrectal

Debido a un mayor riesgo de cáncer colorrectal en los adultos mayores, el médico puede utilizar pruebas para descartar un diagnóstico de cáncer, incluyendo:

  • Radiografía con enema de bario
  • Sigmoidoscopia o colonoscopia

Estudio del tránsito colorrectal. Esta prueba, reservada a quienes padecen estreñimiento crónico, muestra el movimiento de los alimentos a través del colon. El paciente ingiere cápsulas que contienen pequeños marcadores que son visibles en una radiografía. El movimiento de los marcadores a través del colon se monitoriza con radiografías abdominales tomadas varias veces entre 3 y 7 días después de la ingestión de la cápsula. El paciente sigue una dieta rica en fibra durante el transcurso de esta prueba.

Pruebas de función anorrectal. Estas pruebas diagnostican el estreñimiento causado por un funcionamiento anormal del ano o del recto (función anorrectal).

La manometría anorrectal evalúa la función del músculo del esfínter anal. Para esta prueba, se introduce un catéter o un globo lleno de aire en el ano y se tira lentamente hacia atrás a través del músculo del esfínter para medir el tono y las contracciones musculares.

La defecografía es una radiografía de la zona anorrectal que evalúa la integridad de la eliminación de las heces, identifica las anomalías anorrectales y evalúa las contracciones y la relajación del músculo rectal. Durante el examen, el médico llena el recto con una pasta blanda que tiene la misma consistencia que las heces. El paciente se sienta en un inodoro colocado dentro de un aparato de rayos X y luego relaja y aprieta el ano para expulsar la pasta. El médico estudia las radiografías para detectar los problemas anorrectales que se produjeron al expulsar la pasta.

Radiografía de enema de bario. Este examen consiste en ver el recto, el colon y la parte inferior del intestino delgado para localizar cualquier problema. Esta parte del tracto digestivo se conoce como intestino. Esta prueba puede mostrar una obstrucción intestinal y la enfermedad de Hirschsprung, una falta de nervios dentro del colon.

La noche anterior a la prueba, es necesario realizar una limpieza intestinal, también llamada preparación intestinal, para limpiar el tracto digestivo inferior. El paciente bebe un líquido especial para limpiar el intestino. Un intestino limpio es importante, porque incluso una pequeña cantidad de heces en el colon puede ocultar detalles y dar lugar a un examen incompleto.

Debido a que el colon no se ve bien en las radiografías, el médico lo llena de bario, un líquido calcáreo que hace visible la zona. Una vez que la mezcla recubre el interior del colon y el recto, se toman radiografías que revelan su forma y estado. El paciente puede sentir algunos calambres abdominales cuando el bario llena el colon, pero normalmente siente pocas molestias después del procedimiento. Las heces pueden tener un color blanquecino durante unos días después del examen.

Sigmoidoscopia o colonoscopia. Un examen del recto y del colon inferior (sigmoide) se denomina sigmoidoscopia. Un examen del recto y de todo el colon se denomina colonoscopia.

El paciente suele cenar algo líquido la noche anterior a una sigmoidoscopia y se hace un enema a primera hora de la mañana siguiente. También puede ser necesario un desayuno ligero y un enema de limpieza una hora antes de la prueba.

Para realizar una sigmoidoscopia, el médico utiliza un tubo largo y flexible con una luz en el extremo llamado sigmoidoscopio para ver el recto y la parte inferior del colon. En primer lugar, el médico examina el recto con un dedo enguantado y lubricado. A continuación, introduce el sigmoidoscopio a través del ano en el recto y el colon inferior. El procedimiento puede causar una leve sensación de querer mover los intestinos y presión abdominal. A veces el médico llena el colon de aire para obtener una mejor visión. El aire puede causar calambres leves. Más información sobre la sigmoidoscopia.

Para realizar una colonoscopia, el médico utiliza un tubo flexible con una luz en el extremo llamado colonoscopio para ver todo el colon. Este tubo es más largo que un sigmoidoscopio. Se necesita la misma limpieza intestinal que se utiliza para la radiografía de bario para limpiar el intestino de residuos. El paciente está ligeramente sedado antes del examen. Durante el examen, el paciente se acuesta de lado y el médico introduce la sonda a través del ano y el recto hasta el colon. Si se observa alguna anomalía, el médico puede utilizar el colonoscopio para extraer un pequeño trozo de tejido para examinarlo (biopsia). El paciente puede sentir gases e hinchazón después del procedimiento. Más información sobre la colonoscopia.

¿Cómo se trata el estreñimiento?

Aunque el tratamiento depende de la causa, la gravedad y la duración, en la mayoría de los casos los cambios en la dieta y el estilo de vida ayudarán a aliviar los síntomas del estreñimiento y a prevenirlo.

Dieta
Una dieta con suficiente fibra (de 20 a 35 gramos cada día) ayuda a formar heces blandas y voluminosas. Un médico o dietista puede ayudar a planificar una dieta adecuada. Una dieta rica en fibra incluye judías, cereales integrales y de salvado, frutas frescas y verduras como espárragos, coles de Bruselas, coles y zanahorias. Para las personas propensas al estreñimiento, también es importante limitar los alimentos que tienen poca o ninguna fibra, como el helado, el queso, la carne y los alimentos procesados.

Cambios en el estilo de vida

Otros cambios que pueden ayudar a tratar y prevenir el estreñimiento son beber suficiente agua y otros líquidos, como zumos de frutas y verduras y sopas claras, hacer ejercicio diario y reservar el tiempo suficiente para defecar. Además, no hay que ignorar las ganas de defecar.

Laxantes
La mayoría de las personas con estreñimiento leve no necesitan laxantes. Sin embargo, para quienes han hecho cambios en la dieta y el estilo de vida y siguen estreñidos, los médicos pueden recomendar laxantes o enemas durante un tiempo limitado. Estos tratamientos pueden ayudar a reeducar un intestino crónicamente lento. En el caso de los niños, el tratamiento a corto plazo con laxantes, junto con el reentrenamiento para establecer hábitos intestinales regulares, también ayuda a prevenir el estreñimiento.

Un médico debe determinar cuándo un paciente necesita un laxante y qué forma es la mejor. Los laxantes que se toman por vía oral están disponibles en forma de líquido, pastillas, goma de mascar, polvo y gránulos. Actúan de diversas maneras:

  • Los laxantes en forma de gránulos suelen considerarse los más seguros, pero pueden interferir en la absorción de algunos medicamentos. Estos laxantes, también conocidos como suplementos de fibra, se toman con agua. Absorben el agua en el intestino y hacen que las heces sean más blandas. Las marcas incluyen Metamucil, Citrucel, Konsyl y Serutan.
  • Los estimulantes provocan contracciones musculares rítmicas en los intestinos. Las marcas comerciales incluyen Correctol, Dulcolax, Purge y Senokot. Los estudios sugieren que la fenolftaleína, un ingrediente de algunos laxantes estimulantes, podría aumentar el riesgo de cáncer. La Administración de Alimentos y Medicamentos ha propuesto la prohibición de todos los productos de venta libre que contengan fenolftaleína. La mayoría de los fabricantes de laxantes han sustituido o tienen previsto sustituir la fenolftaleína por un ingrediente más seguro.
  • Los ablandadores de heces proporcionan humedad a las mismas y evitan la deshidratación. Estos laxantes se recomiendan a menudo después del parto o la cirugía. Entre los productos se encuentran Colace y Surfak.
  • Los lubricantes engrasan las heces permitiendo que se muevan por el intestino más fácilmente. El aceite mineral es el ejemplo más común.
  • Los laxantes salinos actúan como una esponja para atraer agua al colon y facilitar el paso de las heces. Los laxantes de este grupo incluyen la leche de magnesia y el M-O de Haley.

Las personas que dependen de los laxantes deben dejar de usarlos lentamente. Un médico puede ayudar en este proceso. En la mayoría de las personas, esto restablece la capacidad natural del colon para contraerse.

Otros tratamientos
El tratamiento puede dirigirse a una causa específica. Por ejemplo, el médico puede recomendar la interrupción de la medicación o la realización de una intervención quirúrgica para corregir un problema anorrectal como el prolapso rectal.

Las personas con estreñimiento crónico causado por una disfunción anorrectal pueden utilizar la biorretroalimentación para volver a entrenar los músculos que controlan la liberación de los movimientos intestinales. La biorretroalimentación consiste en utilizar un sensor para controlar la actividad muscular que, al mismo tiempo, puede visualizarse en la pantalla de un ordenador, lo que permite una evaluación precisa de las funciones corporales. Un profesional sanitario utiliza esta información para ayudar al paciente a aprender a utilizar estos músculos.

La extirpación quirúrgica del colon puede ser una opción para las personas con síntomas graves causados por la inercia colónica. Sin embargo, los beneficios de esta cirugía deben sopesarse frente a las posibles complicaciones, que incluyen dolor abdominal y diarrea.

¿Puede ser grave el estreñimiento?
A veces el estreñimiento puede provocar complicaciones. Estas complicaciones incluyen hemorroides causadas por el esfuerzo para defecar o fisuras anales (desgarros en la piel que rodea el ano) causadas cuando las heces duras estiran el músculo del esfínter. Como resultado, puede producirse una hemorragia rectal que aparece en forma de rayas rojas brillantes en la superficie de las heces. El tratamiento de las hemorroides puede incluir baños de tina calientes, compresas de hielo y la aplicación de una crema especial en la zona afectada. El tratamiento de la fisura anal puede incluir el estiramiento del músculo del esfínter o la extirpación quirúrgica del tejido o la piel de la zona afectada.

A veces el esfuerzo hace que una pequeña cantidad de revestimiento intestinal salga del orificio anal. Esta afección, conocida como prolapso rectal, puede provocar la secreción de moco por el ano. Por lo general, el único tratamiento necesario es eliminar la causa del prolapso, como el esfuerzo o la tos. El prolapso grave o crónico requiere una intervención quirúrgica para fortalecer y tensar el músculo del esfínter anal o para reparar el revestimiento prolapsado.

El estreñimiento también puede hacer que las heces duras aprieten tanto el intestino y el recto que la acción normal de empuje del colon no sea suficiente para expulsar las heces. Esta afección, denominada impactación fecal, se produce con mayor frecuencia en niños y adultos mayores. La impactación puede ablandarse con aceite mineral por vía oral y con un enema. Después de ablandar la impactación, el médico puede romper y extraer parte de las heces endurecidas introduciendo uno o dos dedos en el ano.

Puntos a recordar

  • El estreñimiento afecta a casi todo el mundo en un momento u otro.
  • Muchas personas piensan que están estreñidas cuando, en realidad, sus deposiciones son regulares.
  • Las causas más comunes del estreñimiento son la mala alimentación y la falta de ejercicio.
  • Las causas adicionales del estreñimiento son los medicamentos, el síndrome del intestino irritable, el abuso de laxantes y enfermedades específicas.
  • La historia clínica y el examen físico pueden ser las únicas pruebas de diagnóstico necesarias antes de que el médico sugiera un tratamiento.
  • En la mayoría de los casos, seguir estos sencillos consejos ayudará a aliviar los síntomas y a prevenir la reaparición del estreñimiento:
  • Consuma una dieta equilibrada y rica en fibra que incluya legumbres, salvado, cereales integrales, frutas frescas y verduras.
  • Beba mucho líquido.
  • Ejercite regularmente.
  • Reserve un tiempo después del desayuno o la cena para ir al baño sin ser molestado.
  • No ignore las ganas de defecar.
  • Comprenda que los hábitos intestinales normales varían.
  • Cuando se produzca un cambio significativo o prolongado en los hábitos intestinales, consulte a un médico.
  • La mayoría de las personas con estreñimiento leve no necesitan laxantes. Sin embargo, los médicos pueden recomendar laxantes durante un tiempo limitado a las personas con estreñimiento crónico.

Para más información
Para más información sobre este tema, visite:

Fundación Internacional de Trastornos Gastrointestinales Funcionales Inc.
Asociación Americana de Gastroenterología

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