Nacidos en el pequeño pueblo armenio de Sanahin, los hermanos Mikoyan se convirtieron en influyentes ciudadanos soviéticos por ayudar a crear el avión de combate MiG en la Segunda Guerra Mundial y más allá, y por sobrevivir al nido de víboras de la política rusa, respectivamente, y su legado se recuerda en este museo de su ciudad natal.

Arytom y Anastas Mikoyan nacieron con diez años de diferencia en torno al cambio de siglo y ambos se convirtieron en figuras importantes de la Unión Soviética durante su vida. El mayor de los dos, Anastas, nacido en 1895, entró en el politburó soviético como partidario de Stalin y consiguió permanecer en el gabinete (y vivo) durante varios años, llegando incluso a sobrevivir al propio Stalin. El más joven, Artyom, se alistó en las fuerzas aéreas y se incorporó a la división de diseño de aviones y acabó creando (junto con su compañero Mikhail Gurevich, de ahí la abreviatura) la generación de aviones de combate MiG que sirvió a la Unión Soviética y a sus aliados desde la Segunda Guerra Mundial hasta la Guerra Fría.

Dado el destacado papel que desempeñaron en la historia política y militar soviética, en su pueblo natal se erigió un monumento en su honor patrocinado por el Estado que sigue en pie. El aspecto más destacado del monumento es la amplia marquesina que cuelga sobre un MiG 21 de tamaño natural. También hay un pequeño museo con fotos y artefactos dedicados a sus vidas y carreras, atendido por conservadores locales que están más que dispuestos a contar a los visitantes la historia que hay detrás de cada pieza de la colección, con el orgullo de los chicos de la ciudad natal que causaron sensación en el escenario mundial, brillando en cada anécdota.