Las 11 especies (3 géneros) de esta familia se encuentran en África y Asia.
Al igual que sus equivalentes del Nuevo Mundo, los puercoespines norteamericanos, los puercoespines del Viejo Mundo son animales grandes, pesados y de movimientos lentos que dependen de sus imponentes púas para defenderse más que de su velocidad o agilidad. Los histrícidos más grandes pueden superar los 25 kg de peso; otros pesan uno o dos kilos. Sus cabezas son macizas y anchas. Las orejas suelen ser pequeñas, al igual que los ojos. La cola es muy corta en algunas especies, pero en otras alcanza aproximadamente la mitad de la longitud de la cabeza. Tanto las extremidades delanteras como las traseras son cortas y de gran tamaño. Las patas delanteras tienen 5 dedos, pero el pulgar es de tamaño reducido. Las patas traseras tienen cinco dígitos funcionales. Las garras son cortas. Los histrícidos son plantígrados, es decir, apoyan toda la planta del pie en el suelo cuando caminan.
El pelaje de los histrícidos varía considerablemente de una especie a otra. Todas tienen espinas de algún tipo, pero sus espinas carecen de las bárbulas que caracterizan a las espinas de los puercoespines del Nuevo Mundo. En Trichys, por ejemplo, las espinas son cortas, aplanadas y no están especialmente bien desarrolladas. En Hystrix, en cambio, las espinas se convierten en púas huecas que alcanzan los 20 cm de longitud. Cada púa está marcada con bandas blancas y negras. Estas púas están densamente dispuestas sobre la grupa y la espalda. Suenan cuando se agitan, sirviendo de advertencia a los posibles depredadores. Si eso no funciona, el puercoespín puede intentar cargar hacia atrás contra el depredador. Como en el caso de los puercoespines norteamericanos, las púas están sueltas, pero no pueden ser lanzadas o proyectadas de otro modo. Penetran fácilmente en la carne, se clavan y se desprenden del puercoespín. En otras partes del cuerpo, los histrícidos tienen cerdas gruesas y planas. En algunos, éstas forman una cresta eréctil en el cuello y en la parte superior de la cabeza.
Los histrícidos tienen cráneos largos que en algunas especies están inflados con cámaras de aire sobre el rostrum y la parte superior de la cabeza. Son histricomorfos, con un enorme foramen infraorbital. No hay ningún surco o foramen accesorio para los nervios que pasan al rostrum. Los arcos cigomáticos son robustos, pero el yugal no llega al lagrimal. Las bullas auditivas son pequeñas y los procesos paroccipitales son cortos. Las mandíbulas inferiores son histricognáticas.
La fórmula dental de los histrícidos es 1/1, 0/0, 1/1, 3/3 = 20. Los molares de los histrícidos son de corona plana y varían de braquidonto a hipsodonto. Las superficies oclusales de los molares superiores tienen tres pliegues labiales y uno lingual; los pliegues se invierten en los molares inferiores. El desgaste dental hace que los pliegues aparezcan como islas en la superficie de los dientes.
Estos animales son terrestres, no trepan a los árboles a la manera de los puercoespines norteamericanos. Son excelentes excavadores, construyendo sus propias madrigueras o apropiándose y modificando las de otros animales. Su dieta incluye muchos tipos de material vegetal, pero también carroña. Los huesos roídos a menudo se encuentran en el suelo alrededor de sus madrigueras; estos pueden ser masticados por su calcio.
Los histrícidos fósiles se conocen desde el Mioceno.
Referencias y literatura citada:
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