KEY BISCAYNE, Florida… La pancreatitis crónica es una enfermedad irreversible que se caracteriza por la insuficiencia pancreática y que no tiene cura. Se asocia con mayor frecuencia al consumo excesivo de alcohol, y a menudo no se reconoce en sus primeras etapas, señalaron los presentadores del 16º seminario anual de Avances y Controversias en Nutrición Clínica de la Facultad de Medicina de Mayo Clinic. ?
«Es importante que los médicos reconozcan esta afección, la traten tempranamente y hagan siempre un seguimiento de los pacientes, porque necesitan atención a largo plazo», dice el Dr. Massimo Raimondo, profesor adjunto de medicina de Mayo Clinic, Jacksonville, Florida.
En Estados Unidos la enfermedad está relacionada con el alcohol hasta en un 80% de los pacientes. La mayoría de los casos restantes son de tipo idiopático, con un inicio temprano (edad <35 años) o tardío (>50 años). Aunque la etiología es desconocida, en el grupo de inicio temprano está implicada una disposición genética.
Una manifestación común, particularmente en aquellos con adicción al alcohol, es la malabsorción de nutrientes. Si no se trata, el paciente seguirá malabsorbiendo grasas, perderá peso, tendrá problemas de desequilibrios, desarrollará una baja autoestima y será incapaz de llevar una vida normal. La pancreatitis crónica no pone en peligro la vida, pero muchos pacientes no viven tanto como sus compañeros de edad en la población general.
El páncreas sano vacía las secreciones digestivas en el intestino después de cada comida. Una vez dañado, el páncreas no tiene la capacidad de curarse a sí mismo; se atrofia y es esencialmente reemplazado por tejido conectivo fibroso. Además, cuando el páncreas deja de producir insulina, debe ser sustituido por una terapia médica…».
El tratamiento consiste en medicamentos que complementan las enzimas digestivas que ya no produce el páncreas. «Con la administración de fármacos se intenta sustituir una de las funciones del páncreas, que es la de corregir la desnutrición y la mala absorción», explica el doctor Raimondo.
Los fármacos que asumen la función del páncreas contienen enzimas que se han obtenido de cerdos. Estas enzimas deben adaptarse a cada paciente. Se mezclan con los alimentos del paciente y actúan en el intestino, el estómago y el intestino delgado (especialmente el duodeno y el yeyuno) para facilitar la digestión de los nutrientes. Los medicamentos no se absorben; actúan localmente en el lumen, como las enzimas pancreáticas. En última instancia, se eliminan con las heces.
El Dr. Raimondo dijo al IMWR que las opciones de tratamiento son limitadas, y «los preparados actualmente disponibles en el mercado proceden de páncreas porcinos». Uno de los tratamientos que se encuentra en las primeras fases de los ensayos clínicos «es una nueva lipasa que se ha obtenido por ingeniería genética a partir de Pseudomonas glumae , que está presente en las concentraciones postprandiales de ácido biliar. Parece que es una lipasa ideal». Si se demuestra que es adecuada para los adultos con pancreatitis crónica, «revolucionará el tratamiento de la enfermedad.»
Este fármaco oral, ALTU-135 (Altus Pharmaceuticals), es una terapia de sustitución enzimática para pacientes con malabsorción causada por insuficiencia pancreática. Los únicos efectos adversos conocidos son la estenosis colónica.