Ya no sé quién soy

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Actualizado el 23 de marzo de 2021

Revisado médicamente por: Robin Brock

No es raro que a veces una persona se sienta perdida en este mundo. A medida que crecemos y nos desarrollamos, desde la infancia hasta la adolescencia y la edad adulta, aprendemos lo que necesitamos y valoramos. Aprendemos que, como individuos, cada uno tiene su propia identidad, sus propias pasiones y sus propias necesidades. Si crecemos en un entorno sano, tenemos las herramientas necesarias para hacer frente a las dificultades. Sin embargo, si crecemos en un entorno abusivo, ya sea emocional, físico o sexual, es posible que no aprendamos estas habilidades de afrontamiento, que pueden ayudar a guiarnos a través de los desafíos en la edad adulta.

A veces, como adultos, la vida se vuelve difícil. Si no tenemos las habilidades necesarias en nuestra caja de herramientas de afrontamiento, es un reto superar la derrota, los obstáculos y la indecisión. Aunque quedarse parado en un lugar congelado por el miedo no es saludable ni productivo, no actuar es a veces una reacción igual de mala. En la vida, tenemos que seguir avanzando y no caer en la rutina de los resultados sin acción.

Conócete a ti mismo

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A veces nos enfrascamos tanto en tratar de seguir avanzando que olvidamos hacia dónde nos dirigimos en primer lugar. Un día nos detenemos y miramos a nuestro alrededor y nos preguntamos: «¿Cómo he llegado hasta aquí?» y «¿En quién me he convertido?»

Estas preguntas son bastante comunes entre los padres que se quedan en casa; se encuentran con que han perdido el contacto con lo que solían ser y se esforzaban por ser. Otras veces, cuando el día a día parece igual, empezamos a cuestionarnos quiénes somos y por qué dejamos de ir por ese camino hacia nuestros objetivos originales.

Lo mismo puede ocurrir con quienes llevan muchos años en el mundo laboral y en el mismo puesto. A veces podemos sentir que estamos atrapados en un trabajo que no amamos, o incluso que no nos gusta y que no estamos trabajando con nuestro mayor potencial. Sin embargo, encontrar una salida no siempre es fácil.

Cada uno de estos es un ejemplo de por qué podríamos decir: «Ya no sé quién soy». Cuando tienes esta sensación de estar perdido, necesitas explorar profundamente cómo has llegado a donde estás y cómo puedes cambiar de dirección hacia una que sea un camino más saludable en la vida. Tienes que volver a conocerte a ti mismo y determinar qué puedes hacer de forma diferente para ir por un camino mejor.

Los adultos que no tienen un sentido de sí mismos pueden empezar a confiar en las opiniones, sentimientos y pensamientos de los demás. Dejan de pensar por sí mismos porque no saben lo que quieren. Estas personas pueden seguir el estilo de moda de sus amigos, comprar un vehículo que es una opción popular o participar en actividades que no disfrutan particularmente. Estas personas dejan de tomar decisiones por sí mismas y dejan que otros tomen decisiones por ellas.

Con el tiempo, estos patrones dejarán a una persona deprimida o ansiosa si necesita tomar una decisión por sí misma. A medida que pasa el tiempo, podrían sentirse indefensos, desesperados y menos conectados consigo mismos que antes.

Amo a mi familia, pero no siento que esté haciendo lo que debería en la vida

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No es raro sentirse dividido entre la vida familiar y la vida que quieres tener en el fondo. Cuando tienes esta sensación de que ya no sabes quién eres, tienes que encontrar una manera de trabajar las cosas que te apasionan con tu vida familiar. No hay ninguna razón por la que no puedas tener ambas cosas.

Una forma de hacerlo es pedir a tus familiares que te dejen un día o una noche a la semana para centrarte en ti misma. Tal vez vayas a una clase de cerámica y vuelvas a estar en sintonía con tu vida artística. Tal vez tomes una clase universitaria y trabajes para terminar la carrera que empezaste años atrás. Si lo que te apetece es la fotografía, sal de casa un par de horas a la semana y fotografía la naturaleza o cualquier cosa que te guste fotografiar. Esto te ayudará a volver a centrarte y a conectarte con la tierra.

Decidas lo que decidas hacer, asegúrate de que lo haces por ti y sólo por ti. Este tiempo debe dedicarse a lo que te gusta y te apasiona y a nadie más.

La salud mental es un aspecto esencial del autocuidado. Si puedes dedicar tiempo a centrarte más en el autocuidado, te sentirás más feliz y quizá no sigas diciendo: «Ya no sé quién soy».

Mis amigos y mi familia ya no me entienden

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Las personas cambian a medida que envejecen. Puede llegar un momento en su vida en el que sus amigos y familiares parecen no entenderle ya. Estos problemas pueden surgir de un cambio en tus deseos en la vida o de una lucha interna por encontrarte a ti mismo. En cualquier caso, necesitas abordar el problema en cuestión.

El asesoramiento puede ofrecerte una manera de acceder a lo que estás luchando en un día determinado. Recurrir a un consejero, un psicólogo o un psiquiatra puede ayudarte a ordenar los sentimientos de no saber quién eres y a encontrar un camino hacia una persona más sana. Estos profesionales le ayudarán a tomarse tiempo para el autocuidado y a trabajar para ayudarle a relacionarse con sus seres queridos como un miembro activo de la familia.

Las personas que luchan por dejar su huella en el mundo pueden sentir que sus amigos y familiares ya no les entienden. En realidad, no son sus amigos y familiares los que no les entienden; es una falta de comprensión de uno mismo.

¿Qué más puedo hacer para ayudar a encontrarme a mí mismo?

Los siguientes consejos pueden ayudarle a desarrollar un mejor sentido de quién es, de lo que quiere y a aumentar su autoconciencia:

Aprenda a entenderse a sí mismo

Haga una lista de cinco a siete cosas que sean sus favoritas. Puede incluir su color, comida, flor, sabor de helado, película, libro, etc.

Cada semana haga una nueva lista de sus cosas favoritas con el objetivo de añadir más cosas a su lista. Podría añadir un juego de mesa favorito de la infancia, aficiones, opiniones políticas, estados que haya disfrutado visitando y otras cosas que le interesen más.

Con el tiempo, tendrá una lista completa de cosas que le gustan y empezará a reconocer quién es usted como persona.

Escucha a tu mente y a tu cuerpo

Es esencial estar en contacto con tus sentimientos y comprender las señales físicas; esto te ayudará a desarrollar una conciencia de lo que te gusta y lo que no.

Tu mente y tu cuerpo pueden decirte mucho sobre tus pensamientos e intereses. Cuando empiece a salir y a hacer cosas por sí mismo, fíjese en cómo se siente durante las diferentes actividades. ¿Los eventos deportivos te hacen sentir feliz o tenso? ¿Prefieres las películas que te hacen reír o llorar más?

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Si prestas atención a tus sentimientos y reacciones, empezarás a desarrollar una conexión más profunda con tu mente y tu cuerpo.

Desarrolla habilidades para tomar decisiones

Si dejas que otros dicten el curso de tu vida, con el tiempo perderás tu capacidad para tomar decisiones por ti mismo. Tomar decisiones es una habilidad que se construye con el tiempo. Al igual que un músculo, su comportamiento en la toma de decisiones debe flexionarse y desarrollarse para mantenerse fuerte y en forma.

Si se pone ansioso ante la idea de tomar una decisión, empiece despacio. Haga sugerencias sobre dónde debería ir a cenar su familia. Discuta con su pareja cómo le gustaría que fuera el baño que está remodelando. Cuando hagas la compra, elige uno o dos alimentos que sean tus favoritos personales, en lugar de los de los demás. Si su mejor amigo le pregunta si quiere ir al cine, elija la hora de la función a la que preferiría asistir.

Aunque estas sencillas elecciones son cotidianas para mucha gente, algunas personas se ven tan atrapadas en apaciguar a los demás que se olvidan de incluir lo que quieren como una opción viable. Con el tiempo, pierden completamente el contacto consigo mismos y con su capacidad de decisión. Tienes voz, aunque hace tiempo que no la usas. No tengas miedo de que te escuchen y de expresarte.

Toma las riendas

Cuando empieces a desarrollar un sentido de tus intereses y te acostumbres a tomar pequeñas decisiones, el siguiente paso es empezar a planificar actividades que involucren tus sentidos y preferencias personales. Llame a un amigo e invítelo a una actividad divertida, forme una liga de bolos de la empresa o escriba en el calendario que saldrá a caminar todos los días a las 9 de la mañana.

La idea es divertirse en la vida, disfrutar de las cosas que le gustan hacer y no perder el contacto con quien es en el fondo. Nadie debería ir por la vida, sintiéndose desconectado de sí mismo o sin saber ya quién es. Fuera hay un mundo brillante y lleno de vida. Sal ahí fuera y vívelo.

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