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El desarrollo de herramientas de diagnóstico sencillas, rápidas y económicas para la tuberculosis (TB) es un objetivo importante, sobre todo teniendo en cuenta el aumento mundial de los casos de TB activa que afectan principalmente al mundo en desarrollo (2, 4). Recientemente se ha descrito un ensayo inmunocromatográfico (AMRAD/ICT Diagnostics, Sydney, Australia) que facilita el diagnóstico de la TB mediante la detección de anticuerpos séricos dirigidos contra un antígeno específico de 38 kDa de Mycobacterium tuberculosis (1, 5). Brevemente, la prueba consiste en un dispositivo plegable de cartón que contiene una tira de nitrocelulosa y almohadillas absorbentes. El antígeno secretado por M. tuberculosis durante una infección activa se inmoviliza en una línea que atraviesa la tira. Cuando se aplica suero o plasma, éste pasa por la línea del antígeno. Si el anticuerpo específico del antígeno está presente, se une a la línea. El anticuerpo unido se detecta mediante un anticuerpo anti-inmunoglobulina G de cabra conjugado con partículas de oro coloidal que dan una línea rosa cuando se unen al anticuerpo humano. Todo el procedimiento se completa en 15 minutos y no requiere ningún equipo adicional. La prueba parece ser muy específica para diagnosticar la tuberculosis activa. La vacunación previa con BCG, la infección latente con M. tuberculosis o las micobacterias atípicas no parecen dar resultados falsos positivos en la prueba. Por lo que sabemos, los datos publicados sobre la experiencia con esta prueba se han limitado a China hasta ahora (1, 5). Hemos evaluado la prueba AMRAD/ICT en un hospital universitario de Alemania. Para determinar su sensibilidad y especificidad, comparamos esta prueba rápida de anticuerpos de membrana con los procedimientos estándar de diagnóstico.

Se compararon los resultados obtenidos de pacientes hospitalizados con un diagnóstico de sospecha de tuberculosis pulmonar o extrapulmonar y de pacientes infectados por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) con inmunodefiencia progresiva (recuento de células CD4+ < 100/μl) que se sometieron a investigaciones de cribado con los de los exámenes rutinarios de tuberculosis. Éstos incluyeron la demostración de bacilos ácido-resistentes en frotis teñidos de Ziehl-Neelsen de líquido de lavado broncoalveolar (BAL), aspirados o tejidos sólidos y cultivo según técnicas estándar (3). Para todas las muestras, excepto la sangre, se utilizaron medios sólidos de Löwenstein-Jensen y Stonebrink para el cultivo según los procedimientos estándar (3). Además, se utilizó un sistema de cultivo radiométrico (BACTEC; Becton Dickinson, Sparks, Md.) con medio líquido Middlebrook 7H13 para la sangre y Middlebrook 7H12 para todas las demás muestras líquidas. Con la prueba AMRAD/ICT se examinaron 113 muestras de suero en total. De los 12 pacientes con tuberculosis confirmada, 8 tenían enfermedad pulmonar y 4 extrapulmonar. Cuatro de los 8 pacientes con enfermedad pulmonar y 2 de los 4 con enfermedad extrapulmonar tenían anticuerpos detectados por la prueba. Los 101 pacientes con cultivos negativos resultaron correctamente negativos, incluidos los 7 pacientes (2 inmunocompetentes y 5 inmunocomprometidos) de los que se aislaron micobacterias atípicas en la sangre o en el líquido cefalorraquídeo.

Para la tuberculosis pulmonar, se han notificado sensibilidades globales de la prueba entre el 70 y el 92% y especificidades entre el 92 y el 93% (1, 5). Para la TB extrapulmonar, la sensibilidad global fue del 76% y la especificidad del 92% (5). Los resultados de nuestro estudio, obtenidos en un entorno europeo, confirman la elevada especificidad de la prueba (100%), pero demuestran una baja sensibilidad (50%). Aunque hay pruebas de que los resultados de la prueba no se ven perjudicados por la infección concurrente por el VIH, la sensibilidad de la prueba parece variar considerablemente, un hallazgo que puede limitar su importancia clínica. Entendemos que esta prueba rápida no parece ser útil como única herramienta de diagnóstico de la tuberculosis activa en comparación con los estándares de diagnóstico actuales. Sin embargo, la prueba puede ser un valioso complemento de las técnicas estándar de diagnóstico de la tuberculosis. Teniendo en cuenta la alta especificidad, la prueba podría ser un instrumento adecuado para las pruebas de primera línea para los casos sospechosos en los países con pocos recursos, donde el acceso a las herramientas de diagnóstico es limitado y la rentabilidad tiene una alta prioridad.

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